Las escalinatas siempre van a los vestíbulos principales, y la de ayer no era la excepción.
Cabe mencionar querido lector que me he ausentado de mi cereza del pastel por bastante tiempo, y bueno casi cumple años 6, de hecho (OMG) desde entonces, desde entonces tengo verborrea sumergida en posts, que seguramente se quedarán para la posteridad y bueno así es este show.
Claramente estamos ante situaciones que la vida nos enfrenta a diario, aveces es muy cool (era) con nosotros, otras es súper fancy y se pone adhoc con lo que menos nos imaginamos y por supuesto hay ocasiones en la que es muy perra, pero ¿Qué sería de nosotros los mortales sin obstáculos que vences y escalones que subir? La onda ahí es cómo le va haciendo uno para no salir peor de como uno entró, sí sí ya ven que soy cinta negra en líos gratis, pero bueno es el aderezo de mi ensalada.
Pero para leer gachada y media están nuestros encantadores medios de comunicación, periódicos digitales, medios impresos y por supuesto los electrónicos, así que por hoy aquí esto no. Aunque soy bien marica y terminaré escribiendo de ello después. En fin digo que les contaré que el día de ayer, disfruté de uno de los conciertos más esperados por ésta escritora colorida, sí madafackers Natalia Lafourcade en la ciudad del innombrable con más chopers en la vida, Parralistos town, y pues nada que fue completamente un orgasmo auditivo, consolidándose como una de mis favoritas, cada nota, cada canción, fue aghhh una maravilla.
El retomar las canciones consagradas de Agustín Lara, sin duda fue lo mejor que pudo haber hecho, la morra es una miniatura pero qué bar-ba-ra, es un monstruo de la música la neta. Canciones como Amor de mis amores, Limosna, Mujer Divina, no las cantamos, las gritamos y cuando la morra canta Casa, y en el 2000 pues pa que les cuento.
Obviamente cada canción evoca a personas, recuerdos, y por que no amores que rondan la vida de los mortales, hasta al más apático, me cae que si se le venían cayendo los calzones con tan bonitas canciones, pero bueno, criaturas no cenen mucho porque luego les dan pesadillas. Chido pues.
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